En el área de
Miraflores de Lima-Perú, el uso de barbijos como medida de precaución al
covid19, y la bicicleta como medio de transporte es el método adecuado para los
residentes de la capital.
Con un transporte público hacinado y considerado un foco de
contagio del nuevo coronavirus, algunos habitantes de la capital de Perú han
encontrado en las bicicletas su nueva forma para desplazarse. Desde inicios de
julio, cuando terminó una cuarentena de 106 días, las tiendas de bicicletas
tienen más clientes en Lima, donde se realizan 20 millones de viajes diarios
según datos oficiales.
Las ciclovías de Lima que se pensaba
construir en los próximos cinco años ahora se harán en los siguientes tres
meses. Una pandemia lo obliga: la bicicleta en el mundo se ha convertido en un
medio de transporte eficaz para evitar contagios e impedir la propagación del
Covid-19, un virus que llegó al Perú en avión, viajó en combi e hizo transbordo
en el tren eléctrico, esparciéndose por cada esquina.
El coronavirus no viaja en
bicicleta. Es un medio de transporte personal que permite cumplir el
distanciamiento social y que solo tiene dos puntos de contacto físico –en el
manubrio–, a diferencia del interior de un bus, donde hay más de treinta
superficies de contacto: puertas, pasamanos, asientos, respaldares, monedas,
billetes, barandas y otros pasajeros.
Antes de que se declare el Estado de Emergencia
en el Perú, las prioridades del gobierno en el transporte se concentraban
principalmente en desenredar las 504 rutas de las combis de Lima, un laberinto
que nos ha convertido en la tercera ciudad con más tráfico vehicular del mundo.
A inicios de marzo, nadie imaginaba lo que hoy nos ha tocado vivir.
Lo primero que hizo China fue promover la
bicicleta para tramos cortos a fin de evitar aglomeraciones. Días después,
Italia les pidió a sus ciudadanos comenzar a pedalear para no contagiarse. En
Australia se disparó la venta de bicicletas. Bélgica y Alemania comenzaron a
instalar carriles exclusivos para ciclistas. Bogotá, Argentina y México
hicieron lo mismo. Al Perú se le acababa el tiempo para tomar decisiones sobre
el transporte, a pocos días del reinicio de actividades post-cuarentena.
En una primera etapa de 45 días se instalarán
los primeros 142 kilómetros de ciclovías de emergencia como parte del plan
contra el Covid-19.
Las imágenes de este proyecto muestran cómo crecerá el mapa de carriles
ciclistas fuera de los distritos céntricos y van ingresando a las localidades
periféricas. Como una telaraña que crece en diámetro, irán cubriendo distritos
que nunca han tenido ciclovías, como San Juan de Miraflores, Villa María del
Triunfo, Villa El Salvador, san Juan de Lurigancho, Comas e Independencia.
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