La tragedia se concentró en Arequipa, Moquegua y Tacna. Hay dos nuevos muertos y tres desaparecidos. Presidente Vizcarra inspecciona zonas afectadas.
La naturaleza no ha dado tregua a
las regiones del sur. El jueves por la tarde, el distrito
arequipeño de Aplao soportó la caída de cuatro huaicos.
Al día siguiente, la furia de la naturaleza se ensañó con Tacna y Moquegua.
Lo peor ocurrió en Mirave.
El presidente Vizcarra, en su visita
a este poblado, fue claro: Mirave no será rehabilitado, sino reubicado. Se
asentó en la desembocadura de la quebrada del mismo nombre y, en 2015, también
fue afectado por otra entrada de barro. En ese entonces, el Gobierno ofreció S/
22 000 000 para reubicarlo, pero los problemas políticos entre alcalde y
regidores de la provincia impidieron la aprobación del expediente.
Como consecuencia de las intensas
lluvias, el viernes, el agua solo quiso recuperar su curso y provocó la
desgracia. La marea de lodo ingresó por el estadio municipal y ganó las calles.
Los habitantes se salvaron subiendo a los cerros aledaños y
otros se refugiaron en los techos de sus casas. Los videos, en las redes, son
tremendos. Un torrente arrastra carros, paredes de casas, trompos de
construcción y enseres domésticos.
El alcalde de este centro poblado
—ubicado en el distrito de Ilabaya, provincia de Jorge
Basadre—, Augusto Guzmán Meléndez, lo perdió todo. El polo que vestía se lo
donaron. El huaico también
casi se lo lleva a él, cuando daba la alerta de emergencia a sus vecinos.
El panorama del pueblo es
desolador. Todas las casas están destruidas. Los tres colegios del pueblo
colapsaron totalmente y el centro de salud simplemente desapareció.
Las familias, por el temor a
otro huaico, duermen en el cerro aledaño, en módulos instalados por
el Gobierno Regional de Tacna. También se reportó la desaparición de un minero
de Southern Perú en Toquepala. En la mina, realizaba trabajos de limpieza y
cayó un alud de barro que lo enterró.
Moquegua devastada
La fuerza del agua del
río Moquegua también se llevó los puentes; probablemente, el más importante fue
el Montalvo en la Panamericana, que conecta a Tacna y Moquegua con el
resto del país. Ambas ciudades están aisladas. Los vehículos vienen usando la
Costanera, aunque esta vía también se cierra por el incremento de caudal del
río Tambo. En la provincia andina de Sánchez Cerro, hay 135 kilómetros de
carreteras arruinadas. En todo el valle moqueguano, hay 292 hectáreas de
terrenos de cultivo arrasadas. Ese reporte lo dio el gobernador Zenón Cuevas.
Los desastres ocasionados por la naturaleza son consecuencia del fenòmeno del niño y el cambio climàtico.
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